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La Jornada

Conclusión

Conclusión

En los sitios donde se han implantado la jornada única están contentos y satisfechos tanto los padres, como los profesores como los alumnos. En ningún colegio una vez implantado el horario continuo se ha querido volver atrás.

Por donde se va implantando a lo largo de toda la geografía y son conocidos sus resultados, por allí es precisamente por donde continúa el cambio de jornada con mayor celeridad, a pesar de las duras condiciones impuestas por la administración. Ya son la totalidad o una gran mayoría los colegios de Gran Canaria, Andalucía, Castilla la Mancha, Extremadura, Murcia, Asturias, Castilla y León... En la comunidad de Madrid ha empezado en Alcalá de Henares y todo el corredor del Henares y en otros puntos de modo que en los últimos cuatro años casi se han triplicado el número de colegios con jornada continua.

Aumenta el rendimiento escolar.

Permite tener una convivencia familiar en la mayoría de las familias. Debemos encaminar todos nuestros esfuerzos a aumentar la convivencia. Convivir significa vivir juntos y no sólo dormir bajo el mismo techo o pagarles todas sus necesidades. La hora de la comida es el momento idóneo para comunicarnos con nuestros hijos día a día, comprenderlos, y darles una referencia para su vida. No vale con preguntarle de vez en cuando -¿Qué tal va todo?-, debemos mirarles los ojos, comer con ellos, observarles, ponernos en su lugar, compartir sus ilusiones es decir vivir con ellos todos los días. En la campaña realizada por el ministerio para prevenir el alcoholismo en la adolescencia se ha escogido como lema precisamente la frase “Comunícate con ellos”.

A mi hijo le gusta ir al colegio y estar con sus amigos, pero de vez en cuando me pregunta apoyando su mirada en la mía - ¿Por qué no puedo comer con vosotros? -, y aunque yo no sepa que responderle, no quiero que, a fuerza de ver él su imposibilidad, dejara un día de preguntármelo. 

La jornada continua no es solamente un cambio de horario sino que debe presentarse como un proyecto de educación completa, así lo establece la ley, donde pueden quedar solucionados otros temas como el comedor y su entorno, la siesta de los pequeños, las actividades extraescolares, el peso de las mochilas y los deberes en casa. El colegio debe presentarse como un referente ideal para nuestros hijos. El horario de apertura debe ser lo más amplio posible, incluido en el verano, y donde podamos organizar no sólo sus horas lectivas obligatorias sino todo un abanico de posibilidades a nuestra disposición.

Los niños acabarán toda su jornada lectiva antes de comer, entonces tendrán ya todos sus deberes, que deben ser exclusivamente, tareas que no le han dado tiempo a acabar en la hora de clase o alguna cosa esporádica que tienen que repasar. Sus mochilas están preparadas. Tendrán un descanso y el tiempo del comedor. Transcurridas una hora a las tres se puede organizar una clase de estudio tutorizada con profesores para que los chicos puedan realizar las tareas que le falten, en una atmósfera de estudio donde el profesor cuidará que todos trabajen y podrá atender a las dudas que le planteen los alumnos para hacer sus ejercicios. Mientras en este tiempo, para los pequeños se puede organizar después de las comidas una clase de relajación, también tutorizada de modo que los niños puedan descansar y dormir su siesta.

De esta forma a las cuatro los chicos se sentirán libres para irse a casa habiendo dejado las mochilas en sus taquillas, ir a las actividades extraescolares que tengan ese día, organizarse para hacer sus deportes favoritos, quedar con sus amigos, ir a la biblioteca, o salir con su familias. En el colegio se pueden organizar partidos de fútbol y baloncesto por las tardes, para los que se quieran apuntar. En el artículo de la psicóloga infantil Feenstra nos dice “Por la tarde. Es bueno que se haga ejercicio al aire libre (al oxigenarse y moverse comerán más y dormirán mejor). El momento idóneo para ello abarca desde las cinco hasta las nueve de la tarde, ya que es entonces cuando los pulmones y el corazón trabajan con más eficacia y el organismo puede aprovechar mejor sus reservas energéticas”.

Con todo esto se habrá conseguido evitar recreos en el patio nocivamente largos, y su contra educación; y habremos logrado que sepan racionalizar su trabajo, hacer sus deberes lo primero y sentirse libres, con el sentimiento del trabajo realizado, para disfrutar de su energía y de su juventud, sin arrastrar mochilas, ni estar esclavizado todo el día, con el cargo de conciencia de sus deberes sin hacer.

Nota.- Los datos tratados aquí se han tomado de diversas memorias de colegios con jornada continua, de la información aportada por el estudio “La hora en la escuela” de Mariano Fernández Enguita encargado por la comunidad de Madrid, y que paradójicamente fue un estudio planeado para desacreditar la jornada continua pero que muestra un gran volumen de datos que apoyan la idea de la jornada continua (medio millar de textos documentos, medio centenar de personas entrevistadas y en la visita de dos docenas de centros), y por supuesto de la propia experiencia de nuestro colegio.