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La Jornada

Criterios Sociofamiliares

Criterios Sociofamiliares

Los niños que van a su casa a comer tienen que apresurarse en la ida y en la vuelta. Comer rápidamente para que le dé tiempo. Meterles prisa. En definitiva se le genera mucho estrés y en muchos casos alimentación deficiente, dolores de estómago...

La comida se realizaría concluida la jornada curricular, por lo que sería una actividad más relajada, sin preocupaciones del posible examen o control que tengan después. 

En la mayoría de los casos no pueden comer con la familia. Hay pocas familias que puedan comer
a las 12,30 o las 13 horas. La vida en familia debe ser tan importante como la vida escolar.

Desajuste de horarios de comidas entre los días laborables y los sábados, domingos y vacaciones, cuando ya se pueden incorporar a la familia y comer a las 14 o 14,30 o quizás más tarde.

Incluso presentan distintos horarios con sus hermanos mayores que ya están en el instituto. Transformándose el comedor de las casas en una especie de “casa de comidas”, donde... cuando unos acaban de comer, otros empiezan, sin posible convivencia y relegando el papel de madre o padre al de esclava o esclavo.

Muchos de los niños que ahora tienen que asistir al comedor del colegio, porque no le da tiempo a comer en casa o porque sus padres no los pueden recoger a las 12.30, sí podrían comer en sus casas si se establece el horario continuado, mejorando sustancialmente su calidad de vida y la de sus compañeros que sigan requiriendo el comedor del colegio. Pues uno de los principales problemas del comedor y generador de otros muchos problemas es la masificación. (Por termino medio de cada clase de 20 niños, sólo pueden comer en su casa, con el horario partido, 4 o 5 niños). Habría también más facilidad de conseguir becas de comedor para aquellos que lo necesiten. En un colegio público de Azuqueca que obtuvieron el horario continuado, han conseguido que para los niños que seguían necesitando el comedor, este fuera gratuito (según información de una de las madres).

Hay muchos niños que tienen diversas alergias de comidas y se le hace muy difícil su seguimiento en el colegio.

En los días “malos”, que en otoño, invierno y primavera pueden ser muchos, los niños no pueden estar jugando al aire libre en espera de las clases de la tarde y tienen que estar en un espacio muy reducido, sobre todo los niños de infantil. También tienen que pasar diariamente mucho tiempo en unas filas y en otras.

Cuando los niños están algo “malitos” descansarían y se recuperarían más rápidamente si pudieran ir a comer a casa y descansar allí o acostarse, sin tener que estar entrando y saliendo continuamente de sitios con calefacción, y quizás sudando, al frío de la calle o del patio. Inclusos muchos salen al patio en las horas del comedor sin abrigo y ya no lo pueden coger en esas dos horas pues las clases están cerradas según comentan las cuidadoras. 

Por la tarde, los niños pequeños de infantil se acuestan en la colchoneta o duermen un poco sobre un cojín encima de la mesa. Descansarían mucho mejor si pudieran dormir la siesta, ya en su casa después de comer y sin prisas. Y habría menos contagios de virus y piojos que los que suceden al dormir todos juntos en el suelo sobre la colchoneta, propagándose fácilmente las enfermedades.

En las ventajas enumeradas se ha tenido en cuenta sólo las que atañen directamente a los pequeños, sin contar con que un menor estrés en la familia y en los profesores contribuirá a un entorno mejor para los niños.