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La jornada partida ayuda a la conciliación de la mujer - BULO

La jornada partida ayuda a la conciliación de la mujer - BULO

Me gustaría destacar las palabras del Consejero de Educación en Navarra en las que se refiere a un "proceso participativo con contactos bilaterales con las principales federaciones de padres y madres del ámbito público y directores y directoras del sistema educativo navarro". Como madre y miembro del sector público, no puedo considerar que haya sido un proceso participativo. Más bien, ha sido unidireccional, donde se han tenido en cuenta exclusivamente las aportaciones de unos expertos, sin la inclusión de la perspectiva de las mujeres trabajadoras y digo trabajadoras porque el derecho a estar con tus hijos e hijas también es un trabajo y un derecho fundamental no remunerado.

Además, el Consejero menciona la "posibilidad de realizar un estudio en los centros de todas las guardias que derivan en sustituciones porque esto tiene connotaciones a nivel laboral y de otra índole". ¿Ha proporcionado el señor Gimeno datos sobre cuántas mujeres trabajadoras del sector público, en todos los sectores, solicitan o disfrutan de una reducción de jornada laboral o una excedencia debido a la dificultad de conciliar la jornada laboral con el cuidado de sus hijos e hijas? No solo se trata solo de horarios, sino también del descanso mental y físico que implica esta responsabilidad que se asume principalmente por las mujeres.

¿Alguien ha reflexionado sobre cómo sería la jornada escolar de un niño o niña cuando apenas le queda tiempo para estar con su familia? ¿Dónde están los y las feministas que abogan por el derecho a conciliar y pasar tiempo en familia? La implementación de la jornada escolar partida parece más bien propiciar dejar a los niños en la escuela desde muy temprano hasta la tarde, sin apenas tiempo para comer y descansar en casa. Este horario solo permite conciliar el trabajo con las responsabilidades domésticas, como limpiar la casa, poner lavadoras o hacer la compra. Hasta ahora, no veo a ningún feminista o feminista que haya levantado la voz ante este retroceso.

¿Alguien ha reflexionado sobre la jornada escolar de un niño o niña cuyos padres trabajan hasta las 8 de la tarde? Permítanme ilustrar esto con un ejemplo concreto, considerando dos escenarios diferentes. En el primero, con padres que trabajan hasta tarde y niño o niña con jornada partida:

Ejemplo A.

- Madrugadores: 7.30 de la mañana
- Clases: 9.00 a 13.00
- Comedor escolar: 13.00 a 15.00
- Clases: 15.00 a 17.00
- Tiempo en familia: 17.00 a 21.00

Ahora, contrastamos esto con un segundo escenario, donde uno de los padres y niño o niña que tiene un horario compactado:

Ejemplo B.

- Madrugadores: 7.30 de la mañana
- Clases: 9.00 a 14.00
- Comedor o comer en casa: 14.00 a 16.00
- Opción Extraescolares: 16.00 a 17.00
- Tiempo en familia: 14.00 a 21.00 (durante este tiempo, la familia decide cómo gestiona el tiempo de su hijo o hija)

Tabla comparativa

 

Jornada partida Jornada continua
Madrugadores: 7.30 Madrugadores: 7.30
Clases: 9.00 a 13.00 Clases: 9.00 a 14.00
Comedor escolar: 13.00 a 15.00 Comedor o comer en casa: 14.00 a 16.00
Clases: 15.00 a 17.00 Opción extraescolares: 16.00 a 17.00
Tiempo en familia: 17.00 a 21.00 Tiempo en familia: 14.00 a 21.00
(la familia decide cómo gestiona
el tiempo de su hijo o hija)

Es importante destacar que en este último escenario se omite un dato relevante: el proyecto de jornada escolar continua en Navarra obliga a ofrecer extraescolares gratuitas para el alumnado después de la hora de comer y es la única Comunidad Autónoma con jornada continua que lo contempla. Este detalle, que es fundamental para la organización y familiar, parece haber sido pasado por alto.

Considero que estos ejemplos ilustran claramente la necesidad de una atención especial a la organización horaria de la jornada escolar, como menciona el señor Carlos Gimeno. Agradezco la oportunidad de trasladar una opinión rigurosa y alejada de mediatizaciones como parte de la comunidad educativa. 

Como madre, docente y mujer trabajadora que ha sacrificado poder adquisitivo en favor del bienestar familiar, también propio, quiero señalar que, a pesar de tener una jornada continua que incluye trabajo extra una tarde a la semana, necesito descansar para brindar tiempo de calidad a mi familia. La jornada escolar partida, con sus implicaciones burocráticas y laborales, amenaza con privarme de esta posibilidad. Si esta medida se ha tomado en favor de la conciliación familiar, considero que no se ha tenido en cuenta adecuadamente a la mujer, y temo que solo contribuirá a aumentar las desigualdades de género ya existentes.